Érase una vez...

Érase una vez una niña de mirada mágica que fue a nacer en casa de una mujer hiperactiva, soñadora e independiente. Y como ahora las dos se pasan los días en las nubes

martes, 31 de julio de 2012

Lactancia sí, pero no es lo único


Que la lactancia es buena todo el mundo lo sabe pero, por Dios, no eres mala madre si no das el pecho. Los niños se crían muy saludables también con el biberón.
            Yo estaba dispuesta a dar el pecho e incluso sacarme leche para congelar y así que otra persona pudiera seguir dándosela cuando empezara a trabajar. Tenía ya el sacaleches comprado y preparado para ser una mamá diez. Ya en el hospital me di cuenta que con el calostro no bastaba, sí, Ada estaría bien alimentada, pero se quedaba con mucha hambre, así que pedimos que nos dieran jeringuillas de leche. Las enfermeras en un principio nos dijeron que no, pero bajo nuestra responsabilidad nos dieron un par de ellas, argumentaron que eso podía impedir que la niña tomara pecho, pero no fue así. La niña seguía cogiendo el pecho y se quedaba dormidita después de su jeringuilla de leche. Con esto no quiero decir que haya que hacerlo, evidentemente, si vuestro niño se queda a gustito tomando sólo el calostro, pues estupendo; y si el niño no os coge el pecho nada más dar a luz, tampoco os recomiendo darle otra leche porque es cierto que puedo acostumbrarse. Al llegar a casa me angustiaba precisamente que al darle leche artificial pudiera impedir que siguiera dando el pecho, así que me negaba a darle biberón; además, había leído que mientras más pecho le dieran más leche produciría, así que le daba pecho todo el rato, no me daba tiempo ni a saber si me había subido la leche porque el pecho no llegaba a llenarse. Así pasé un mes y medio, tiempo que parece una ridiculez excepto si tu bebé se pasa llorando todo el día. Cual fue mi sorpresa cuando al llevarla al pediatra desesperada, y llorando tanto o más que ella, este me dijo que empezara a darle biberón después de cada toma. Que le comprara leche anticólicos por si los llantos también fueran por eso y le hiciera un biberón de 60, si se quedaba con hambre le diera otro de 30 y si aún tenía más hambre otros 30. Me sentí francamente aliviada porque ya podía darle leche sin sentirme culpable.
            Me fui a la farmacia y le compré leche. A partir de ese día los llantos se redujeron muchísimo, la niña descansaba y yo también. Esa leche anticólicos, Novalac, no le sentaba muy bien así que cambie a Nutribén y le encantó. Me di cuenta que la leche anticólicos la estreñía así que empecé a alternar la normal y la anticólicos.
            Os puedo asegurar que esa decisión cambió todo y que a día de hoy Ada sigue tomando pecho y biberón. Ojalá todas tuviéramos leche y leche en cantidad y de calidad, pero no es así.

1 comentario:

  1. ¡¡VIVA LA LACTANCIA MIXTA!! Estoy plenamente de acuerdo contigo, a mi me ha pasado algo parecido. Berta nació con bajo peso y tuvo ictericia porque no comió lo suficiente los dos primeros días de vida. Tuve suerte porque no lloraba, o quizá no, porque si huera llorado más a lo mejor lo habríamos llegado a la icterícia. El caso es que la tuvieron que llevar a neonatos unas horas. Fue allí donde la dieron jeringillas de leche, preparada y mía y la niña se recuperó en pocas horas. Ahora sigo dándole el pecho y leche Nutriben 1. Mi producción de leche ha aumentado porque de vez en cuando me saco y lo compruebo pero no es sufuciente. Por eso, yo te apoyo y apoyo la lactancia mixta, porque los niños se crian igual de sanos y las madres podemos disfrutar más del bebé sin tanta preocupación.

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