Los cuentos de los niños requieren una colocación muy
especial. Si los pones con el lomo visto, ellos no saben leer y, por tanto,
les atraerá mucho menos coger un libro; pero, en cambio, si les dejas ver la
cubierta llena de colores y de esos personajes que ya conocen… ¡quedarán
atrapados! Estuve viendo precios en Internet y me pareció que las librerías
para niños eran muy caras (vale, ¿qué no es caro para los niños?) así que al
final, no sé en qué página, me dieron la idea de utilizar unos especieros del
IKEA. Lo mejor de esos especieros es que son baratos, los puedes pintar del
color que quieras y tienen la medida ideal para la columna de la habitación de
Ada, precisamente el sitio donde quería poner sus cuentos. El problema: están
agotados ¡Socorro! Por favor, si alguno los encontráis decírmelo.
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